En función de estas diversas propiedades – índice de refracción, biofotónica, estructura cristalina y frecuencias de los colores – los efectos medicinales de la arcilla son efectivos y variados. Aunque no haya intercambio de elementos químicos entre la arcilla y la piel, estas propriedades permiten estímulos de los respectivos elementos ya disponibles en el cuerpo humano, activando o estimulando los mismos en intercambios iónicos, favorecendo el equilibrio energético (BOMTEMPO,2000; DEXTREIT,1997; JAVIER,1995).